domingo, 30 de junio de 2013

Voy a ser sincero

Estoy enojado. Hoy soñé que dos amigos y yo estabamos cursando algo que no recuerdo con precisión. Había algunas chicas más y un chico, no eramos mas de 9 o 10 en el curso, la casualidad era que todos tomábamos el mismo colectivo.
Se dio una breve charla entre nosotros tres y el chico que no conocía y no reconozco, a lo que él dijo:
- ¿Nunca mataron? Es muy divertido, bah a mi me entretiene.
- ¿De qué estás hablando? no es gracioso la muerte, no es algo para el humor.- Respondí
- Mal chabón, ¿Qué decís?- Dijo uno de mis amigos, el mayor.
- Dale... ¿Me van a decir que nunca jugaron algún juego de zombies, o al counter-strike?.- Dijo sintiendosé incomprendido
- Ah, sí eso sí, todos lo hemos jugado alguna vez... - Dijo el menor.
- Qué boludo, me hiciste asustar - Acoté.
La cuestión es que fue un momento incomodo, pero seguimos como si nada, quizás lo habíamos tildado un poco de fanático de Fierita y de jugar mucho a juegos de video.
En un momento se dio una charla con la profesora del curso, canosa teñida de rojo ella, con anteojos y baja de estatura, no pasaba los 55.
El chico hizo un relato de como cometió un asesinato de una chica. Todos nos quedamos horrorizados y el lo contaba como si hubiese ido a comprar pan al almacén. La profesora lo llevó hasta la comisaría para que preste declaración. Él fue como si nada, casi que contento, lo vimos como lo esposaban, luego volvimos al curso comentando cosas como "No era el portero, ni el padrastro, era él"
De noche ya, esperando el colectivo todos juntos apareció él.
Nos asustamos todos, y se tomó el colectivo con las chicas. Nosotros tres preferimos no hacerlo.
Nos quedamos hablando si en realidad él la mató o era un relato que inventó...
Se hizo de noche y no pasó más el colectivo.

Gracias...

Mueca

De cola larga, orejas claras y redondeadas. De hocico blanco y sus dientes imposibles no verlos, sus patitas siempre están cerca de su dentadura. Rápido roedor de noches sin luna.
Pero hoy llovía, y había luna. No encontraba hueco donde meterse, sus patas traseras no cabían como el resto de su cuerpo. No lo dejaban pasar.
Caminó lo que una persona normal dice 25 cuadras, pero para él eran mucho mas que 2500 metros... eran un millón de pasos, pero no le preocupaba eso. No era cuanto caminó, más bien que en todo eso que caminó, no encontró lugar, se decepcionó. "No hay lugar donde quepan mis patitas" era en lo que más pensaba, y fue ahí cuando se dio cuenta que sí. Que era una rata. A partir de ahora veía la vida desde otro lugar.
Y claro... por fin vio que los picaportes eran inalcanzables para él, las estructuras no estaban hechas a la medida de una rata. Cualquier puerta le queda inmensa.
Más allá de tener algo de humano no lo era. O quizás lo era hasta que se dio cuenta que ya no, y que simplemente debía afrontar la realidad, dejar de vivir en un mundo de fantasías.
Ese momento exacto donde se encontró a si mismo, veía poco más que una baldosa de cemento,  la pared con el hoyo donde no cupo, y mugre que se iba con el agua.
Levantó su pequeña cabeza y descubrió que el fin de la pared estaba tan distante de él, como lo estaba del cielo. Sus ojos llenos de humedad no eran por la lluvia que lo mojaba, era la realidad que lo empapaba.
Ahora bien, ¿Qué podía hacer él? ¿Intentar empezar de cero como roedor, o darlo todo por volver a su estado anterior? En ese momento, la única imagen en su cabeza era sus sueños humanos, comunes, finitos cayendo al piso y rompiéndose en muchos pedazos.
¿Qué hacer qué hacer?
Llora, se siente más y como siempre "Adieu, Bye bye."

sábado, 22 de junio de 2013

Dolores estrellados

Sentado, acostado.
Tirado al costado.
Preguntándote si en verdad,
estás atrapado.

Esperando que te nombren
y digan "hey vos, acá tenés
las sobras de un corazón
para beber en el camino"

No había dudado ni nada
Hasta que la puta habló
me dijo "así estás bien",
"ocuparan tu lugar" completó.

Una vieja con corona verde
te mira desde allá arriba
le pedís que no haga mas alarde
le decís que su vida declina

le decís que su ropa
no le combina con sus ideas
que te cambió la copa
que estas cansado de peleas

que el sabor de la mandarina
es distinto al de la naranja
¿Qué le iba a importar?
si para ella es igual

Y vos tan cansado, tan dolido
por esperar algo más de ella
ahora ves, nunca fuiste querido
Y caés, otra vez, a la botella.

Me dijo: "vos vivis como la sociedad
exagerando todo"
Gracias Ariel, Gracias Ortega.

miércoles, 19 de junio de 2013

Más obvio imposible.

Pedro tenía 10 años y le gustaba jugar con muñecos.
Cuando era mas chiquito, le habían regalado un gallego, con boina y todo. 
Al principio le había entusiasmado con su muñequito, jugaba que salía al patio a respirar aire de libertad, tiempo después le regalaron un changuito con góndolas, y billetes nuevos. Primeramente le encantó jugar con eso, pero luego no entendió y se aburrió. No lo supo cuidar y hasta se aburrió de la boina y los bigotes del muñeco y lo tiró.
Unos años después, ya sin "el gallego", como le decía su mamá, le llegó a sus manos un nuevo muñeco, para entonces, Pedrito ya hablaba sus primeras palabras, la madre le preguntó:
- Adivina quien lo eligió
- ¡Fue Mi Padre! - Dijo Pedrito sin saber muy bien a que se dedicaba su padre...
Esta vez era de otra nacionalidad, era un Turco ¡y tenía turbante!
Es aquí cuando Pedro se emociona y empieza a jugar con el Turco. Luego de un tiempo, la madre preocupada lo veía y no comprendía como podía estar así de enamorado del muñeco, ya era un nene que estaba por terminar el jardín, mientras sus compañeros aprendían a leer y a escribir, algunos hasta a hacer cuentas, él seguía con el Turco y su turbante, sin interesarse que era leer o escribir, él seguía jugando afuera, pero ya no se preguntaba nada, era lo que lo diferenciaba de los demás chicos, esa es la edad del '¿Por qué?' Donde preguntan ¿Por qué tal cosa? y ¿Por qué tal otra?. Es más, la maestra del jardín llamó a los padres porque todos los chicos (29) menos Pedro le habían preguntado -de una u otra manera- cómo venían los bebés al mundo. Es aquí donde empieza a haber conflicto entre los padres, pero seguían juntos por Pedro.
La madre le dijo a Pedro que no iba a poder seguir jugando con el Turco, que le tenían que comprar un juguete para un chico de su edad. Pero otra vez, eligió el padre, Fue Muy Incompetente al elegir esta vez.
Eligió un chupete, sólo porque sí o sí había que cambiar al turco, ésta vez mamá se había puesto firme, no como aquella vez que no lo quiso tirar para que Pedro siga en su nube de felicidad vacía.
Entonces llegó chupete, fue el que menos duró de todos sus juguetes. Desde un principio a Pedrito no le convenció el nuevo juguete que le había traído su padre... Pedro no lo quería ni ver al muñeco, y juró nunca más jugar con juguetes. Que los juguetes eran malos.
La madre se divirció del padre, y juró nunca más verlo, le pagó lo que le debía (ya que le había prestado plata), empacó sus cosas y se las mandó. ¡A esta casa no entras más! le gritó.
Pero un día, algunos meses más tarde, la madre creyó que Pedro estaba un poco más maduro para muñecos comunes y decidió regalarle un pingüinito de felpa. Este pingüinito hizo que Pedro se olvidará de aquél "nunca más" de chupete y todos los anteriores. Pedro ya era un poco más maduro y utilizó al pingüinito de otra manera, esta vez lo utilizó como un consejero, cada día que volvía del colegio lo abrazaba con fuerza. Pero otra vez más Pedrito se cansó, y otra vez más lo tiró. Como si fuese uno de los anteriores.
Al poco tiempo Pedro se dio cuenta que a este, que era de felpa, que era distinto a los anteriores, era desprolijo, lo iba a extrañar muchísimo. Pero esas decisiones son irreversibles. Su madre se sigue preguntando ¿Hasta cuando, Pedrito? ¿Cuando vas a madurar?  

viernes, 14 de junio de 2013

Todavía sigo soñando verte al doblar en la esquina.

Era tan lindo encontrarte de la nada, era un día hermoso por el simple hecho de encontrarte. Quiero que vuelva a pasar, aunque sea una vez más, cambiaría todo lo que soy por otro encuentro así, por más que dure medio segundo.
Tu sonrisa al verme, ¡El brillo de tus ojos! Extraño un poco eso de vos.
Mentiría si te dijera que no te extraño, pero te recuerdo alegremente. Porque vos siempre regresás, a mí me toca esperar a que yo te encuentre.
Estás en todos lados y en ninguna parte. Sos una sombra que, paseando, alumbra en la fría oscuridad.
¿Y qué te puedo decir? Si ayer te amaba y hoy te odio, y mañana te voy a volver a querer.
Esta noche voy a soñar con ese abrazo que me faltó darte, voy a soñar con volverte a ver, una vez más, por última primera vez.

martes, 11 de junio de 2013

Verde azulado

Hoy, mientras pateaba colillas de puchos en la vereda, pisando alguna que otra hoja seca que mató el otoño, pensaba en qué es lo nuestro. Es complicado resumirlo en pocas palabras, definirlo con exactitud, sé que no es.
No es mar, ya que el mar puede volverse muy turbio, muy bravío, las aguas no siempre son las mismas...
No es tierra, no estamos hechos para ser pisados, no somos base.
Tardé en llegar a alguna conclusión, masomenos lo que el Sarmiento tarda en hacer el tramo Caballito - Castelar, pero llegué a una y es que si habría que identificarnos con algo, sería con el sol...
No está claro que hay en el fondo, las reglas no siempre son claras, pero sí sabemos que el sol está ahí, todos los días, a toda hora, a todo segundo. Trae luz donde no la hay, luz en todas las direcciones, solo hay que correrse un poco para no hacer sombra a donde queremos ver.
No es como diría una canción ni un momento, ni la eternidad, ni más allá. Es. y simplemente eso, es. De eso es lo único que no dudo, ni nunca voy a dudar. Esto es real, los sentimientos no se confunden. Son o no son, y acá es.
Apuré el paso en las escaleras para no perder este concepto que aquí traigo; te quiero.