domingo, 13 de noviembre de 2016

- Siento que me empiezo a quedar viejo en este mundo...
- ¿Pero por qué dice eso hombre? si usted ni siquiera peina canas aún.
- Verá hombre, cuando yo era joven, ayer, creía que el mundo iba en una dirección, que quizás hoy íbamos a pensar que el de al lado importaba, que no íbamos a pensar en nuestro espejo y nada más...
- ¿Qué le anda pasando? lo noto medio triste...
- Es que cuando uno pone sus energías y sus esperanzas en un sentido, y el sentido le patea el culo y lo escupe en el piso, uno no hace más que sentirse decepcionado.
- ¿Y que sentido es ese? ¿Para donde quería ir usted?
- Y viejo, en un momento yo creí que era generalizado ese sentido, que era lo que le dicen el "sentido común", es más hasta de pibe me habían regalado un libro, el más vendido dicen y mentiroso quizás también, y parece que habla de lo mismo... De que el de al lado importa más que uno, que si a uno le importan los demás algo hace, se acerca y pregunta, abriga y sonríe... Pero hoy me desayuno que son cuentos y fabulas, que son lo mismo que los reyes magos, el ratón Perez o Jesús.
- ¿Pero me va a venir a decir que todo el esfuerzo de su vida es en vano? ¿Toda esa construcción que edificó usted ya no sirve? Permitame dudar, pero no creo en las soledades, a menos que sean colectivas.
- Más vale que son colectivas, sino no le hablaría de este modo, pero deje, no le quito más tiempo. Me voy a tomar algo a la esquina, a escribir en algún cuaderno y a seguir pensando, quizás así el tiempo tome un poco más de sentido, o al menos pase más rápido.
- No se preocupe mi amigo, el que se está quedando viejo es el planeta, no usted.

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